LA IMPORTANCIA DEL CONTEXTO
Imaginémonos qué hace una persona
cuando está de fiesta y llega «el momento de la
verdad», es decir, cuando ya se ha bebido varios
chupitos, todo el mundo está de fiesta y debe
decidir si se toma otro más o para. Imagina que
Juan ya ha bebido unas cuantas copas, la música
vibra en el pecho, todo el mundo está bebiendo, el
ambiente es hedónico y un colega grita «¡Unos
chupitos de tequila! ». Juan conoce a la perfección
los daños del alcohol, sin embargo, en ese
contexto, la posibilidad que diga: «Uf, mejor me
abstengo de beber más porque mañana tendré
resaca, estaré mal todo el día, me arrepentiré de
haber bebido tanto y lamentaré haberme gastado
más dinero del que debería» es prácticamente
imposible.
Todos sus amigos están bebiendo. Esperan que
él también lo haga. A la mañana siguiente, y
depende de cómo haya ido la noche,
seguramente Juan piense la manida frase: «no
vuelvo a beber en la vida». Pero durante la noche,
lo más seguro es que diga: «¡Venga! Vamos a por
estos chupitos de tequila , que esta la pago yo,
una noche es una noche». Es la misma persona.
Lo único que cambia es el contexto . Por tanto, en
contextos que propician el abuso del alcohol, es
peligroso delegar exclusivamente en las personas
el cuidado de su salud e integridad. Debemos
crear contextos cuidadores. Es aquí cuando el
profesional del ocio nocturno debe adquirir el rol
de staff cuidador para velar por el bienestar
colectivo.
Las decisiones del ser humano dependen
mucho del contexto en el que se producen. Acaso
esta misma persona, cuando entre en el bar para
tomarse un café con leche antes de ir a trabajar,
en un espacio el que nadie está bebiendo alcohol,
¿pedirá unos chupitos de tequila? No podemos
olvidar la importancia del contexto, por tanto, en
los espacios de ocio nocturno es imprescindible
crear un «ambiente» capaz de cuidar a la
clientela.